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Desde la cuneta Invitados

Matonerías

Los chulos del Estado han dejado de guardar las formas. Ya no disimulan. Es tal la certeza que tienen de su impunidad que no se molestan en enmascarar sus acciones ni lo que persiguen con ellas. Lo ha dicho el ministro que llegó al Gobierno con el cargo en el apellido, Óscar Puente: que para qué quiere nadie juzgar a quienes él y los demás cortijeros del Estado tendrían intención de indultar, si es que hay magistrados con arrestos para condenar. Luego vino el adorno: que los juzgados no andan sobrados de recursos. La falta de capacidades de los tribunales como designio cósmico, nueva Ley de la Termodinámica.

Los jueces y magistrados de toda España reciben diáfano el mensaje: «No vayas a perder el tiempo juzgándonos a nosotros y a nuestros amigos porque somos nosotros los que gobernamos tu carrera, los que te damos y quitamos recursos y los que deshacemos tus sentencias a placer». El poder Judicial no existe en el 78. No hay jueces en España. Son los mandados de los chulos del Estado. El español que denuncia la tiranía se da con la porra del policía que le pide su apoyo para la equiparación salarial mientras lo apalea. Ese mismo ciudadano apaleado busca en la Justicia protección para sus libertades, para sus derechos y para la integridad de la Nación de la que emanan ambos y lo único que encuentra son togas avasalladas a sus amos, los chulos del 78. ¿Sabe usted de algún juez que haya practicado una sola diligencia para investigar las violaciones a la Constitución realizadas por los poderes del Estado y todas las CCAA, según ha acreditado el Tribunal Constitucional? Yo tampoco.

Esto no significa que no haya reglas. Las hay. Hasta los piratas tenían sus leyes. Las podemos encontrar en la historia de la piratería del inglés Daniel Defoe. Si un pueblo es, como dejó dicho Cicerón, «una multitud asociada por un mismo Derecho», entonces hubo una Nación Pirata.

El 78 tiene sus leyes internas. Pero son distintas a las que publica el BOE. Esas son para nosotros, la plebe. Los macarras del Estado tienen otras, las matonerías del 78. Son cambiadizas en función de cómo evolucionan los acontecimientos. Lo que sí permanece es su espíritu: tiene fuerza de Ley lo que place a los chulos del 78. Alguien se encuentra a Oriol Junqueras y le espeta que debería estar en la cárcel. «Llévame tú», le contesta el golpista.

Todos estos bribones no tienen más interés que el suyo particular a través de los recursos públicos. El Estado de hecho del 78 ha transformado España de potencia en mayordomo. El ordenamiento que rige, por ejemplo, en las costas de Cádiz es la Ley del Narco. Las capacidades de sostenimiento del imperio de la Ley en este territorio han sido desmanteladas. ¿A quién interesa esto al otro lado del Estrecho?

Un poner. Mientras el puerto de Algeciras redujo el tráfico de contenedores un 0,7% en 2023, su competencia directa de Tánger lo incrementó en más de un 13%. En términos absolutos, las cifras son devastadoras. Algeciras movió 4,7 millones de contenedores el año pasado mientras Tánger procesaba 8,6 millones de contenedores. Y luego lo de Gibraltar.

Hoy hablaremos de las votaciones regionales y del próximo cacique gallego. Muy entretenido. Pero, ¿para quién trabajan estos matones que son el Gobierno de España?

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