Érase un hombre que el amor ansiaba, con sudor su campo comenzó a trabajar. Rezó al Cielo para que lloviera, y así los frutos él pudo cosechar. Todo esto buscó a Dios ofrecerlo, y así ser digno de amar. Pues todo hombre tiene corazón, y todo corazón se tiene que llenar, de sangre y nutrientes, más sobretodo de Verdad y caridad. Es por esto buen hombre, no te dejes por los vicios arrastrar, aférrate a la roca, busca la virtud, y ahí gran amor hallarás.
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