Buenas noches:
Intentaré no robaros mucho tiempo. Bueno, los que nos conocen ya sabéis que en Terra Ignota siempre somos de intervenciones breves y pocas palabras.
En primer lugar, obviamente, expresar nuestro agradecimiento a Hazte Oír. No por este premio, que sería motivo suficiente, sino por toda la labor que estáis desarrollando en todos los planos: cultural, mediático, político y judicial. Que se nos reconozca a nosotros desde esta organización es un verdadero honor, pues cuando nosotros todavía íbamos en pañales vosotros ya estabais dando todas estas luchas.
Para los que no nos conozcáis, Terra Ignota es, sobre todo, un grupo de amigos. Con Jürgen, Ike, Pepe, Getro y Pirata, en nombre de los que yo hablo hoy, formamos una pequeña panda con valores compartidos e inquietudes similares que un buen día de 2020 decidieron charlar con una cámara delante. Sin pretensiones, sin dedicarnos en exclusiva, sin creer jamás que nos escucharían más de cuatro gatos. Es tan poco épico como suena, así que damos por hecho que este premio no se puede deber a esto. Y no nos duele en absoluto.
No nos duele porque sabemos que este galardón es un reconocimiento a toda la comunidad de la que simplemente formamos parte. Una comunidad que incluye a Rubén o a Josema, que igual que están un día hablando con Iker Jiménez vienen un día a tomar una cerveza con nosotros. O a Borja, que igual te dibuja a Tarzán que se bate los cobres en Ferraz cada noche. O a Nuna, que se bate los cobres en Ferraz cada noche y acaba sentando a Sánchez en un banquillo. O José Andrés y Ana, que no han dejado de batirse los cobres en Ferraz.
Nuestra comunidad une a gente de lo más variopinta. Catedráticos que beben agua española y tuiteros que solo conocemos por su nick, pero que nunca se pierden un sarao. Hay quien publica artículos en una web, el que se va 12 veces a por hielo en la capea; otros se cruzan media España (o toda Europa) para no faltar a la Dator el 28 de diciembre, otro saca un trombón en una fiesta, otro se pasa horas haciendo una paella para 100 mientras debate sobre transhumanismo, geopolítica o maternidad. No puedo nombrar a todos ni me hace falta pedirle a Hazte Oír un premio para cada uno, porque este ya es de ellos. Bueno, y sobre todo de las chicas que están en esa mesa de ahí, que aguantan cada domingo cenar tarde y que, en verdad, son ellas las verdaderas protagonistas.
En fin, en esto queríamos basar nuestra intervención de hoy. Aprovechar estos minutos que nos regaláis para reivindicar no nuestro papel de creadores de contenido sino el de nuestra comunidad como creadores de eso, de una Comunidad más grande. Una comunidad amalgamada por la defensa del Bien, la Verdad y la Belleza, nacida de la fe y que aspira a la virtud. Donde caben los boomers, los millennials, la generación Z. Gente de Helsinki, Armenia, Polonia, Coruña, Valencia, Madrid… Cada vez más de Hispanoamérica. Es una comunidad donde se juntan coroneles del ejército, madres de familia, torerillos, sacerdotes, músicos, una Miss España… Y, por alguna razón que nunca entendemos, muchos, muchos gallegos.
En fin, solamente queríamos reivindicar esta comunidad porque es lo más importante que tenemos. Los del otro lado son muchos y muy malos y tenemos que estar orgullosos de la gente que emprende y apoya proyectos nuevos: podcasts, libros, convocatorias, documentales, un local donde reunirse. A los que ya formáis parte de esta comunidad: muchas gracias. A los que todavía no: estad atentos a las nuevas noticias, se vienen cositas y… ¡Bienvenidos a la Terra Ignota!
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